Isabel I - Una vida en retratos.
Aunque existen muchos retratos de Isabel, ella no posó para muchos de ellos. Quizás era un poco vanidosa: si no le gustaba un retrato en particular, lo mandaba destruir. Su Secretario de Estado, Robert Cecil, un astuto diplomático, lo expresó cuidadosamente: ..... "Muchos pintores han hecho retratos de la Reina, pero ninguno ha mostrado suficientemente su aspecto o sus encantos. Por lo tanto, Su Majestad manda a todos...".Su Majestad, mientras tanto, prohíbe la exhibición de cualquier retrato que sea feo hasta que sea mejorado".
Las citas de los visitantes de su Corte quizá puedan arrojar algo de luz.
En su vigésimo segundo año:
"Su figura y su rostro son muy bellos; tiene tal aire de digna majestad que nadie podría dudar de que es una reina".
En su vigésimo cuarto año:
"Aunque su rostro es más atractivo que apuesto, es alta y bien formada, con una buena piel, aunque morena; tiene ojos finos y, sobre todo, una hermosa mano con la que hace exhibiciones.
En su trigésimo segundo año:
Ver también: John Callis (Callice), pirata galés"Su pelo era más rojizo que amarillo, de aspecto rizado natural".
En su sexagésimo cuarto año:
"Cuando alguien habla de su belleza, ella dice que nunca lo fue. Sin embargo, habla de su belleza siempre que puede".
En su sexagésimo quinto año:
"Su cara es oblonga, blanca pero arrugada; sus ojos pequeños, pero negros y agradables; su nariz un poco aguileña; sus dientes negros (un defecto que los ingleses parecen padecer por su gran uso del azúcar); llevaba el pelo postizo, y ese rojo".
Ver también: Rye, Sussex OrientalSin embargo, se sabe que contrajo la viruela en 1562, lo que le dejó cicatrices en la cara, por lo que empezó a maquillarse con plomo blanco para cubrirlas. Más tarde, perdió el pelo y los dientes y, en los últimos años de su vida, se negó a tener un espejo en ninguna de sus habitaciones.
Así que, debido a su vanidad, tal vez nunca sabremos exactamente el aspecto de Isabel I (1533 - 1603).