La leyenda del río Conwy Afanc
Se dice que hubo un tiempo en que las buenas gentes que vivían a lo largo del valle del Conwy sufrían constantemente terribles inundaciones que ahogaban su ganado y arruinaban sus cosechas. Sin embargo, la causa de esta destrucción de las granjas y los medios de vida de la gente no era un hecho natural: todos sabían que las inundaciones eran causadas por el Afanc.
El Afanc era un legendario monstruo acuático galés, comparado, según algunos, con el Monstruo del Lago Ness. El Afanc vivía en Llyn-yr-Afanc (El estanque de Afanc) en el río Conwy. Era una bestia gigantesca que, cuando se enfadaba, era lo suficientemente fuerte como para romper las orillas del estanque causando las inundaciones. Se habían hecho muchos intentos para matarlo, pero parece que su piel era tan dura que ninguna lanza, flecha o cualquier artefacto hecho por el hombrearma podría perforarlo.
Los sabios del valle se reunieron y decidieron que, si la fuerza no funcionaba, había que sacar al Afanc de su estanque y llevarlo a un lago lejano, más allá de las montañas, donde no pudiera causar más problemas. El lago elegido como nuevo hogar del Afanc fue Llyn Ffynnon Las, bajo la imponente y oscura sombra del monte Snowdon.
Montañas de Snowdon
Ver también: Arzobispos de CanterburyLos preparativos comenzaron de inmediato: el mejor herrero del país forjó las fuertes cadenas de hierro que se necesitarían para atar y asegurar el Afanc, y enviaron a Hu Gardan y a sus dos bueyes de cuernos largos -los bueyes más poderosos de Gales- a Betws-y-coed.
Pero hay un pequeño problema: ¿cómo sacar al Afanc del lago, atarlo con cadenas y engancharlo a los bueyes?
Al parecer, el Afanc, como muchos otros monstruos viejos y feos, sentía predilección por las mujeres jóvenes y hermosas, y una doncella en particular, la hija de un granjero local, fue lo suficientemente valiente como para ofrecerse voluntaria para la búsqueda.
Ver también: Día de San NicolásLa muchacha se acercó al lago del Afanc mientras su padre y el resto de los hombres permanecían ocultos a poca distancia. De pie en la orilla le llamó suavemente, las aguas empezaron a agitarse y a agitarse, y por ellas apareció la enorme cabeza del monstruo.
Aunque estuvo tentada de darse la vuelta y huir, la niña se mantuvo valientemente firme y, mirando sin miedo a los ojos verdinegros de los monstruos, empezó a cantar una suave nana galesa.
Lentamente, el enorme cuerpo del Afanc se arrastró fuera del lago hacia la muchacha. Tan dulce era la canción que la cabeza del Afanc se hundió lentamente en el suelo adormecida.
Cortesía de Elle Wilson
La muchacha hizo una señal a su padre, y éste y el resto de los hombres salieron de sus escondites y se dispusieron a atar al Afanc con las cadenas de hierro forjado.
Acababan de terminar su tarea cuando el Afanc despertó, y con un rugido de furia por haber sido engañado, el monstruo se deslizó de nuevo en el lago. Afortunadamente las cadenas eran largas y algunos de los hombres habían sido lo suficientemente rápidos como para engancharlas a los poderosos bueyes. Los bueyes tensaron sus músculos y comenzaron a tirar. Poco a poco, el Afanc fue arrastrado fuera del agua, pero se necesitó la fuerza de los bueyes de Hu Gardan y detodos los hombres disponibles para tirar de él hacia la orilla.
Lo arrastraron por el valle del Lledr y luego se dirigieron hacia el noroeste, hacia Llyn Ffynnon Las (Lago de la Fuente Azul). En el camino por un empinado campo de montaña, uno de los bueyes tiraba con tanta fuerza que perdió un ojo: se le salió con el esfuerzo y las lágrimas que derramaron los bueyes formaron Pwll Llygad yr Ych, (Estanque del Ojo del Buey).
Los poderosos bueyes siguieron luchando hasta llegar a Llyn Ffynnon Las, cerca de la cima del Snowdon. Allí se soltaron las cadenas del Afanc y, con un rugido, el monstruo saltó directamente a las profundas aguas azules que iban a convertirse en su nuevo hogar. Encerrado entre las robustas orillas rocosas del lago, quedó atrapado para siempre.